TAUROMAQUIA

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TAUROMAQUIA

Un toro con dos cabezas fue introducido en una plaza de toros. El público se desternillaba de risa. Los toreros no daban crédito a sus ojos. El astado correteaba por el redondel embistiendo a los capotillos que le enseñaban desde los burladeros.

Una cabeza miraba para un sitio y otra para otro. Luego arremetía contra los más cercanos: PO-PO-POM...

Un torero se decidió a salir al ruedo ante la rechifla general.

Citó al toro de lejos. Este acudió raudo y embistió con la cabeza de ese lado. Fue burlado. Se dio la vuelta en el acto y se acercó al torero caminando. Dos pares de ojos le miraban, cuatro cuernos le amenazaban, dos cabezas contra él. Arrancó y el torero voló por los aires. Los maletillas acudieron al quite y alejaron al monstruo. El maestro fue llevado a la enfermería.

El público, indignado, pidió que retiraran a aquella abominación de la naturaleza. El presidente accedió, salieron los cabestros y se lo llevaron a los chiqueros.