viernes, 10 de agosto de 2012

DESCOLGUÉ A UN AHORCADO



    
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DESCOLGUÉ A UN AHORCADO

-¿No te lo he contado? Sí, hombre, me sucedió en Soria. Estaba trabajando en un pueblo haciendo un tejado. Vivía en una casa que le alquilé a uno de los ricos del pueblo. Había un invernadero donde yo tenía una plantación de marihuana. Y llego un día después del trabajo, todo contento a mi casita, y me veo un mogollón de gente reunida delante: el alcalde, el teniente de alcalde, que era mi casero, la guardia civil y su puta madre. Todo el pueblo. Y me dije, ya está, me han descubierto. Me acerco y me dice el casero:

- Mira, Javi, es que nosotros no nos atrevemos…

Y me contó que un pastor se había ahorcado en el pajar de al lado. Tenían un ataúd en el suelo, cerca de la puerta. Me dio un golpecito en la espalda y me puso una navaja en la mano.

Total, que voy, entro y estaba muy oscuro. Me paré y cuando me acostumbré a la oscuridad vi que lo tenía delante, sus rodillas a la altura de mi cabeza. Abrí la navaja, utilicé la caja que él había usado, me lo apoyé en el hombro y corté la cuerda: ¡como pesaba el hijo puta! Salí y lo deposité en el ataúd.

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