martes, 14 de agosto de 2012

EL AIRE DE LA CIUDAD HACE LIBRE





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EL AIRE DE LA CIUDAD HACE LIBRE

Pegado al polvo de la ciudad.

Las gotas de lluvia levantan burbujas explosivas.

Acelero sin querer por las calles del ayer.

Las ruedas del tiempo al acecho.

Tuerzo el volante hacía la nada,

rutina de hoy y de mañana.

Capas de luz sobre los edificios desconchados.

Monstruos de mi imaginación,

niebla perenne de conspiraciones.

Los hombres bajan a las aceras

para gastar los equilibrios del ser.

Gotas de placer controladas.

Consumo de miradas.

Tanta neurosis corona la libertad.

Pegado al polvo de la ciudad.

Intento sacudirme.

UN CUENTO CON BRUJA




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UN CUENTO CON BRUJA

Marga se acercó al Pozo Encantado y miró por el brocal: una figura de niebla se levantó del agua, subió rápido y la envolvió. Se la quiso quitar de encima a manotazos pero la asfixiaba.

Cayó al suelo y la vio: nube blanca, forma espectral, risa de las profundidades del alma más sucia:

- JAJAJAJAJA. ¡Te has visto! ¡Te has visto! ¡Soy uno de tus reflejos! ¡Te has visto! JAJAJAJA.

Y se disipó.

A ella le dio un ataque de histeria.

EL MITO DE LAS MARAVILLAS




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EL MITO DE LAS MARAVILLAS

Esto es maravilla,

la Virgen de la quilla.

Maravillas en las villas

museos y sillas.

Maravillas las Antillas,

la idea bombilla

y el abrigo de chinchilla.

Zapatos y zapatillas,

yates y bungavillas.

Magia de artistilla,

bola de camilla,

la llama de la cerilla

y el calor bajo sombrilla,

etcétera, etceterilla.

O sea, es común la maravilla,

lo cual la humilla

y a toda pastilla

la trastabilla

como a vulgar pardilla.

La ciencia es sencilla.

La ropa brilla

y la comida, comidilla.

Entonces no es tanta maravilla.

Común es la villa,

la silla,

y la técnica de astilla,

la costumbre de Sevilla

y el temblor de pantorrilla,

etcétera, etceterilla.

UNO DEL OESTE




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UNO DEL OESTE

Esto era en el Oeste que cinco tipos estaban jugando al póker.

En una jugada salen veinte ases.

Todos sacan las pistolas y se acusan.

Todos se insultan y disparan.

Pero las cinco balas chocan milagrosamente en el aire y caen sobre las cartas.

HISTORIA DE UN DOLOR




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HISTORIA DE UN DOLOR

Se despertó a la hora acostumbrada y sintió un fuerte dolor por encima de la ingle. Casi no se podía mover. Se incorporó a duras penas y comprobó que andaba fatal. Fue como pudo al baño y acabó de cerciorarse de que la cosa era seria: todos los movimientos de las extremidades inferiores estaban afectados por aquel terrible pinchazo en el pubis.

A medida que activó los músculos el dolor se le hizo soportable. Poco a poco lo relegó al desván de las molestias, una molestia persistente y enojosa presente en todos y cada uno de sus movimientos.

Cuando paraba un momento, al ponerse en marcha de nuevo volvía el dolor con su cruda intensidad.

¿Pero qué había pasado? No recordaba nada ¿De donde provenía aquello? Hizo memoria de los sucesos del día anterior y no daba con la causa. Por la tarde siguió igual. Por la noche fue al hospital a trabajar y habló con sus compañeras del tremendo dolor que tenía por encima del pubis. Le aconsejaron que la viera un ginecólogo. Localizó al de guardia que le hizo una exploración rápida y superficial: las molestias eran de origen muscular y externo, nada genital. Probablemente se debiera a un tirón en la inserción de la musculatura de la pared abdominal en el pubis. Antiinflamatorios y reposo.

Seguro que estaba en lo cierto, incluso le dolía al tocarse.

Trabajó toda la noche y volvió a casa rendida. El dolor continuaba molestándole, al mover las piernas, al usar los pedales del coche, al andar…

Y conduciendo creyó dar con la explicación: el día anterior tuvo que coger una caja de las baldas superiores de un armario y como no llegaba se estiró cuanto pudo y, en última instancia tiró todo su cuerpo hacía arriba forzándose al máximo, para alcanzar el objeto deseado. Lo consiguió y no pasó nada. No sintió nada, ni en el momento ni a lo largo del día. Solo por la mañana, al despertarse, sintió aquel fuerte dolor por encima de la ingle.

POEMA THRILLER




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POEMA THRILLER

Esto eran dos millones de malos y un poli americano.

Los malos estaban armados hasta los dientes

y el bueno sólo tenía su vieja pistola callejera.

Los malvados delinquían sin parar hasta que se toparon con el brazo de la ley.

Se organizó un tiroteo y cayeron más de mil.

Se le acosó sin tregua, intrépidos agentes cayeron en sus propias trampas.

Se le acosó como a una fiera. Se le acosó a conciencia.

Pero nada podía

con el bravo policía.

Bang, bang, bang, bang, bang…

Dos o tres mil menos.

Se descolgaba por los rascacielos,

a las cloacas bajaba,

a trenes y barcos subía,

doscientos o tres cientos muertos dejaba.

Aviones volaba

edificios estallaban a su paso

de capitán a soldado raso.

Artimañas y trucos

tretas de trabuco.

Miles y miles de malos temblaban y caían

Y millones de gargantas maldecían.

En hotel o convención

misa, bautizo y confesión,

decenas de entierros son.

Respirar y matar,

mirar y matar,

estornudar, escupir, mear, y matar

pedos y muñecos por los suelos.

¿Cómo se les ha ocurrido a esos millones de malos meterse con él?



Junta de La Gran Mafia. ¡Qué desastre! ¡Se va a enterar!

Están siendo barridos por una pistola callejera.

Continuamente llegan noticias de nuevas bajas:

el implacable justiciero

ha abatido a quinientos con una sola bala.

Asaltados almacenes, entregas, oficinas e instalaciones.

Nada puede con él, liquidador entre liquidadores.

Está limpiando el mundo de ratas. No ceja en su empeño, inasequible al desaliento:

Bang, bang, bang, bang, bang NNGGNNGGNNN…

Los malos caen desde los tejados, Banggggggg,

cristales en pedazos y en revuelto cae el apostado con su arma sofisticada…

POOAUMMMM, puñetazo mayestático aplasta dios,

¡Barrang bangbang!

Muerden el polvo y al barranco van

los del coche que cortaban el pan.

Armas automáticas,

masa violenta peripatética.

Incendios, carreras,

decisiones certeras

y cambios de rumbo.

Me tumbas o te tumbo.

Y limpiando el mundo, limpiando el mundo.

Y ya son menos

los memos.

Bang, bang, bang, bang…

Fichas de domino:

si caes tú caigo yo.

Tiene razón,

hay que llegar al corazón.

Bang, bang…

La pistola callejera, al rojo vivo.

Él es un divo

que se toma a broma el asunto y enciende cigarrillos en el cañón.

Cientos y miles abatidos sin compasión.

Este es un trabajo honrado,

millones y millones de malos tumbados.

Los jefes de la criminalada

se reúnen a la desesperada

buscando salvar sus caudales

de las manos de los leales.

Algo hay que hacer,

se debe detener

tanto desastre.

Hay que acabar con este lastre.

No se puede tolerar

que un fantoche justiciero nos venga a farolear.

Nuestro ocio

y negocio

este nos lo quiere estropear.

Entra un secretario alterado con una noticia terrorífica:

Cincuenta y cinco mil de los mejores hombres

han sucumbido en enfrentamientos con la pistola callejera.

Todos y cada uno de ellos recibieron un balazo en la frente.

Y se dirige hacía allí en estos momentos.

Se acerca abriéndose camino entre los guardias y las trampas.

Va a llegar y terminar con todos.

De nada les serviría

su sofisticada tecnología.

Bang, bang, bang…

Se está acercando,

a la guardia de la entrada derrotando,

vigilan las ventanas,

como de buena mañana.

Más veloz que una centella,

su rastro de luz deja huella,

dispara como un demonio,

barre hasta a San Antonio.

Tiros certeros

amargos y verdaderos.

Caen esbirros como moscas

bajo mirada tan hosca.

Despejados los alrededores,

suenan los tambores,

atraviesa la entrada

con maniobra arriesgada

La cosa se pone fea,

tonto el que no lo vea.

Y aunque cuentan con doscientos mil hombres en la Sede,

saben que nada pueden contra él, Bang, bang, bang,

y emprenden la huida, bang, bang, rebangbang…

Vestíbulo limpio,

cruenta ascensión,

cuerpos caídos

sin ton ni son.

Reventadas las puertas

destruida la decoración.

Sinfonía del vidrio,

Despanzurra máquinas y delirio,

conductos aplastados

y cuernos de venados,

ardiendo el mobiliario

tras la cara del patibulario…

La plana mayor de los quince o veinte millones de malos peligra.

Se dirigen en masa a la azotea.

Serán más rápidos que él.

Cogen los ascensores secretos.

Un monitor interno les mantiene informados de los acontecimientos:

sigue avanzando sin miramientos.

Bang, bang, bang…

Arrasados otros diez pisos.

Tragan saliva,

esto es un mal guiso

los quiere dejar como una criba.

De prisa, de prisa,

parece de risa,

allá van,

bang, bang y rebang.

Sesenta plantas en llamas,

lo oyen, les llama.

Están acojonados

detrás se oyen balas

y gritos desgarrados

explosiones y hombres al vacío lanzados.

Helicópteros en marcha

legiones y legiones.

Escapan por los pelos y en qué condiciones.

La pistola callejera llega casi a tiempo,

les apunta con el cañón humeante y… clic…se le ha terminado la munición.

¡Lastima! Podía haber acabado con todos los jefes de una vez.

Así, los veinte o treinta millones de malos no tendrían quien los dirigiera.

Otra vez será.

Miró a su alrededor, el sol se ponía sobre la ciudad,

el rascacielos ardía por los cuatro costados,

miles y miles de gángsteres no volverían a molestar a los honrados ciudadanos.

Sirenas de la policía ululaban abajo. A los superiores no les gustaban sus métodos.

Los helicópteros se pierden en el horizonte.

Deseó que explotaran en el aire, como en las películas.

Pero no ocurrió nada.

Treinta, cuarenta o cincuenta millones de malos aún tenían quien los dirija.

El trabajo continúa.

TIPO TEST




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TIPO TEST

(Ponga una cruz en verdadero)


1 -¿Usted es el que tiene Mas de Mil Cuentos?

a)Que no valen un pimiento.

b)De Periquito Sarmiento.

c)De na´ que hablo miento.



2 -¿Mil cuentos tienes tú?

a) Se t´ha fundi´o la lu´.

b) ¿Qué dices Rascayú?

c) Tururu tururu.

d) No dices ni mu.



3 -¿Miles y miles?

a) Sopas de fideo como raíles.

c) El aniquilo de Aquiles.

b) Tú a mí no me vaciles.

d) Cuchitril de cuchitriles.



4 -¿Usted cuenta con mil cuentos?

a) Cuento cuento.

b) Pues lo lamento.

C No tiene sentimientos.

d) Lo siento un pimiento.



5 -¿Cuenta cuentos?

a) Muy cruentos.

b) Cuenta quinientos.

c) De guasa y esperpento.

d) Cientos y cientos



6 – Cuento canto.

a) Cuanto quebranto.

b) Horror y espanto.

c) Vigilias de esperanto.

d) De carretera y manto



7 – Usted ronca diez.

a) ¡Qué decís, pardiez!

b) Su polla palidez.

c) ¿Quién da la vez?

d) El moro de Fez



8 – Tú me trabajas una docena.

a) A rajatabla.

b) A escribir lo que se habla.

c) Escribir es una condena.

d) El cuento de la verbena.



9 –Vigílame a esos cien.

a) A los del mal y del bien.

b) A los que lloran y ríen.

c) Y a los lectores también.

d) Y los demás de rehén.



10 – Así y todo va a sufrir.

a) Me lo veía venir.

b) De tanto subvertir.

c) Las maneras de escribir.

d) Que ase le va a prohibir.



11 -¡Nada de eso!

a) Que escriba para un queso.

b) Le falta peso.

c) Que coma seso.

d) Sexo, sexo.

e) Eso, eso.



12 -¿Y seguirá contando cuentos?

a) Miles y cientos.

b) Y no tiene escarmiento.

c) Cuenta sin miramientos.

d) El cuentista de Cadalso.

AVISO: Todo lo anterior puede ser falso.