jueves, 2 de agosto de 2012

ANDRÉS Y EL GENIO ROJO





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ANDRÉS Y EL GENIO ROJO

Andrés, el labrador, volvió a la fuente de Cotelero con un vaso. Fue a tomar agua del charquito con la mano izquierda, entonces el Genio Rojo sacó su mano huesuda y le arrebató el vaso.

Pero Andrés le estaba esperando con la derecha, lo atrapó y tiró de él con fuerza, alucinando al comprobar que se traía al genio.

Lo había sorprendido totalmente. Era un anciano inquietante.

- ¡Maldito! ¡Maldito seas de los demonios!

- ¿Qué has hecho con la muda?

Y se le encaró.

- ¡No te importa, está bien conmigo!

- Jajajaja. ¡Tetas gordas, tetas gordas!

- Y tú debes pagar por usar el agua de mi fuente.

- ¿Cómo que tu fuente? ¡Es de todos!

- ¡No señor, es mía!

- ¿Pero qué dices, hombre? Si te doy un guantazo... ¿Y qué es eso de asustar a la gente que va a beber?

- Podemos hacer un pacto.

- ¿Eh?

- Sí, tú me traes a gente y yo te pago comisión.

- ¿Cuanto?

- Cinco euros por cabeza.

- Entonces, ¿cuanto cuesta beber?

- Diez.

- ¿Te has vuelto loco? Esta fuente es de todo el pueblo, nunca se ha pagado por usarla.

- Pues es hora de empezar.

Y en un descuido, el Genio Rojo se escabulló y se metió en la fuente.

- ¡Qué cabrón de individuo!

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