viernes, 10 de agosto de 2012

LADRON DE PERROS






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LADRON DE PERROS

Robó un perro enorme que parecía muy tranquilo. Se montó en el coche nada más invitarlo a los asientos de atrás. Se puso al volante lo más rápido que pudo y salió disparado. Observaba al animal de reojo. ¡Era el mejor ejemplar que había pillado nunca!

Y ya tenía historia y hazañas. No se podía comparar a nada a aquel mastinazo.

Fue pasando semáforos y alejándose de la zona. Ya en una vía rápida se volvió un instante y descubrió que el perro le miraba amenazador, gruñó, hizo ademán de rechazarlo y eso no le gustó.

Sin que pudiera hacer nada por evitarlo le hizo presa en el cuello. Se puso en el carril de la derecha y frenó lo más rápido que pudo. Demasiado brusco para el perro que, asustado, apretó el bocado fieramente. Ya sin tener que atender al volante quiso defenderse con las manos intentando desasirse, golpeándole la cabeza, luchando desesperado. Pero estaba tan atrapado que poco pudo resistir.

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