jueves, 2 de agosto de 2012

ASESINATO



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ASESINATO

Llamaron a la puerta: Era mi vecino. Me dijo:

- He matado a mi mujer. Entrégame a la policía.

Y me dio una pistola que yo cogí atribulado.

- Ven.

Y fui a su piso. Allí estaba ella, muerta.

- Llamaré a la policía.

- Hazlo - murmuró.

Me dijeron que esperara unos minutos, que enseguida llegaría un coche patrulla.

Lo miré. Parecía afectado.

Llegó una vecina de la corrala y vio a la muerta

- ¡Oh, Dios mío!

- Ha sido él - le dije.

- ¡Has sido tú! - me acusó el marido -¡Cabrón!

Llegaron más vecinos.

- ¿Qué ha ocurrido?

- Parece que han matado a la Nica.

- ¡No!

- ¿Me ponían los cuernos! Pero yo los descubrí, discutieron y él la mató.

Dejé la pistola encima de la mesa.

- Esto es ridículo, acude a mi casa, llama, me dice que ha matado a su mujer, que le entregue a la policía y me pone la pistola en la mano, así, ¡toma!, y luego me dijo: ven a mi casa. La vi, llamé a la policía y ahora me acusa a mí. ¡Tío ridículo!

- ¡El tenía la pistola, me ponían los cuernos!

Llegó la policía y comenzamos a acusarnos mutuamente. Se contó lo que se sabía y nos llevaron a los dos a comisaría.

Estaba metido en un buen lío.

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