jueves, 2 de agosto de 2012

ABOMINACIÓN DE LAS MATRIARCADO Y LA MUÑECA HINCHABLE




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ABOMINACIÓN DE LAS MATRIARCADO Y LA MUÑECA HINCHABLE

El filósofo Quizás se follaba a su muñeca concentrado.

- AAAAA... aaaa... aaaa... aaaaa...

Y hacía auténticos malabarismos abrazado al maniquí masturbador.

- ¡Toma, toma, toma!. ¡Aaaa...aaa...aaaaa..aaaaaaaaaaa!...

Y se corrió como un gato.

Suspirando estaba cuando entraron en la habitación las Matriarcado.

- ¡Míralo, clavado a la muñeca!

Las chicas rodearon la cama gruñendo. Quizás se revolvió esta vez como un gato panza arriba.

La sádica Tifón se sacó una gruesa aguja del pelo y se la clavó a la muñeca hinchable. Esta se desinfló con una mediana pedorreta ante la mirada triste del filósofo.

- Ahora sabrás lo que es una mujer de verdad - le advirtieron.

- ¡No tenéis derecho, no tenéis derecho! - Intentó incorporarse.

Le sujetaron.

- Mira - Y Muelle se sacó sus grandes tetas y se las restregó por la cara. Quizás las besó y chupó sin tenerlas todas consigo.

- Te la voy a chupar, lindo.

Y la pérfida Muelle fue descendiendo hasta meterse el miembro entre los pechos y luego en la boca.

A Quizás le sabía a gloria aquel contacto de carnal paganismo. La suavidad viscosa y táctil de los labios y el frescor de la saliva se la pusieron dura, la lengua enroscada a lametones en el glande, durísima. Pasaba al éxtasis, al éxtasis. Comenzó a jadear:

- AAaaa...AAAA...AAAA....AAAA...AAAAAAAAAAA...¡AAAHHHHHHHHHHHH!

La criminal mujer le arrancó la punta de un feroz mordisco.

- Las Matriarcado son las vengadoras de todas las ignominias que las mujeres han sufrido a lo largo de los tiempos - le dijeron.

Lo dejaron tendido, revolcándose entre la goma flácida de la muñeca hinchable y se fueron a maquinar arte.

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