LADRÓN

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LADRÓN

Cuando el gobernador tuvo delante al truhán de Blázquez le hizo la siguiente proposición:

- Mira Blázquez, eres un miserable que no paras de causar problemas... Pero la gente te aprecia, eres simpático, tienes algo que te hace caer bien. Incluso a mí, que debería mandarte ahorcar... Por eso voy a tener contigo una deferencia. ¡Te dejaré en libertad si te comes una ración de algo que te gusta mucho...! ¿Qué digo mucho?: ¡Lo que más te gusta!

El gobernador dio una palmada y un criado trajo una bandeja llena de monedas de oro que depositó delante de Blázquez.

- ¿Debo comerme todo ese dinero?

- O la horca...

El ladrón acercó su mano temblorosa a la bandeja y tomó una moneda del montón, se la llevó a la boca, la mordió para comprobar su calidad y procedió a tragársela, cosa que consiguió a duras penas.

Allí habría unas treinta monedas de oro... Si se las metía en el estómago, ¿qué sería de él?... Por otra parte estaba la horca... Si sobrevivía sería rico... Solo tendría que evacuarlo...

Tomó otra moneda...