miércoles, 18 de julio de 2012

EL RAYO DEL DESTINO






186

EL RAYO DEL DESTINO

Estaba asomado a la ventana un día de tormenta cuando bajó un rayo de la nube más próxima y lo abrasó. El suceso fue contemplado por algunas personas que lo relataron a los medios de comunicación.

Eran declaraciones simples: una luz muy fuerte, blanca, bajando, que se coló por la ventana y en la ventana, increíble, había un hombre que fue iluminado unos segundos y luego se fundió... Sucedió tan rápido. No daban crédito.

Los meteorólogos explicaban el suceso racionalmente: el edificio era un poco más alto que los demás y tenía una esquina sola, alta sobre una zona de patios interiores y casas más bajas, era un espolón que había actuado como un imán atrayendo al rayo. La tormenta se desató sobre la ciudad, las nubes, muy bajas, por las especiales condiciones climáticas de verano tan caluroso.

Se registraron decenas de focos tormentosos con cientos de rayos sólo en el área metropolitana y muchos más cayeron a tierra aunque sin causar males mayores.

Había sido mala suerte y, además, ir al hueco de la ventana…

No hay comentarios:

Publicar un comentario