CUENTO DE DOMINGUERO

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CUENTO DE DOMINGUERO

Un dominguero fue a Aranjuez y se le averió el coche. Como era fiesta no encontró taller abierto y tuvo que dejar el vehículo y regresar en tren después de haber perdido todo el domingo.

Tardó tres días en poder llevarlo a arreglar. Le clavaron. Lo tuvo listo para el sábado.

Volvió de dominguero a encontrarse con su utilitario. Lo montó y paseó por el Real Sitio. Pero pinchó. Cambió la rueda y volvió a casa dispuesto a acabar con el maleficio. Sin embargo rozó a otro coche en un semáforo. Bronca con el otro conductor. Y no quería tener más percances... ¿Cómo no tenga un accidente de aquí a Madrid?

Dicho y hecho. ¡Cuidado, cuidado! No, todavía no. Vamos, tío, conduce con cuidado por la autopista. Tranquilo, tranquilo, ¡ese, que frena!

Valdemoro, Pinto, Parla, es igual, te vas a estrellar, que lo digo yo.

Sigue, sigue, más adelante hay más. No te quito el ojo de encima. La única duda que tengo es si mandarte al hospital o directamente al cementerio...

¿Eh?, ¿pero qué haces en la carretera de Toledo?, ¿como has cambiado? El helicóptero te ha dejado de vigilar un momento y te me has despistado. Pero no te vas a librar, de Orcasitas no pasas. A ver...¡¡¡¡¡¡¡¡SSSSSsss! Que le das al de delante...Ya pasaste, ¿eh?, ya pasaste. Pero en la M-3O la hostia es segura...Cuidado, ese intermitente, otro que quiere adelantar, fiiiiu, que le das... Callejeo, ¿te crees que te has librado? Pues no hay aparcamiento. ¿Ahí lo dejas? Se lo llevará la grúa...

Cuando el dominguero subió a casa se dio cuenta que había olvidado la documentación del coche. Llamó por teléfono y le dijeron que sí, que el domingo por la mañana abrían el taller para algunas cosillas y le podrían atender...