miércoles, 18 de julio de 2012

BESO DE ACERO





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BESO DE ACERO

Los Nikkkin sacaron al prisionero terrestre y lo exhibieron en la corte, en un salón de fiestas. Corrillos de polémicas, bebidas, charlatanería política, pactos. Varios filósofos borrachos se acercaron al encadenado y decidieron someterlo a un juego cruel: entregárselo a su propio robot para que lo devorara.

Trajeron al mecano y lo desprogramaron de la obediencia humana, además de hacerle otros retoques.

-¡Ala con él! - lo azuzaron contra el cautivo.

El robot se acercó al hombre y empezó a besarle en le boca, royéndosela. Le comió media cara en pocos minutos.

Muchos Nikkkin dejaron las disputas y vinieron a verlo.

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