jueves, 19 de julio de 2012

LA EXPEDICION POM




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LA EXPEDICION POM

La expedición POM (Proyectum Omnium Majectic) divisó el Desierto de Papel desde los Altos del Brígido. Diez mil quilómetros se extendían ante ellos, hasta la Costa de los Papiros. Estaban dispuestos a atravesarlos. Acamparon en los altos esa noche y descansaron. Por la mañana revisaron los cien autos y se adentraron en el Desierto de Papel.

Enseguida comenzaron los problemas: los camiones de carga se hundían a menudo en el blando suelo, retrasando la marcha de la caravana. Mantener la ruta era difícil dada la orografía . A veces, colinas enteras se desmoronaban bajo sus pies, otras debían rodear acantilados enormes de libros...

Al final del día habían avanzado apenas 150 kilómetros. Muy poco para el plan establecido. No obstante solo era la primera jornada, las cosas debían mejorar.

Sin embargo, las dificultades continuaron al día siguiente y muchos más. Se metieron en una zona de montículos de libros impracticables para los vehículos: libros de todas clases, guías telefónicas, catálogos, facturas, propaganda, de texto... En una semana avanzaron 1000 kilómetros por estos parajes. Volcaron varios vehículos y hubo que apartar miles de libros para hacer practicable la ruta.

A los diez días pareció terminar la planicie de montículos. Se abrieron entonces dunas de ceniza. Comenzaron a bordearlas ya que eran inviables para el tráfico. Después de perder varias jornadas se detuvieron y enviaron a tres expedicionarios a reconocer el terreno. Acabaron encontrando unos cañones y desfiladeros de papel retorcido que desembocaban en lo que parecía un piso mejor.

La caravana se internó en los desfiladeros y dejó atrás el calvario de la última semana. Al pasar al otro lado comprobaron que, ciertamente, habían encontrado un firme mejor por el cual los coches y camiones circulaban a buena velocidad: arrancaron unos trozos del suelo, era cartón.

En la semana siguiente hicieron dos mil quinientos kilómetros zigzagueando entre montañas de basura y tormentas de papel picado que nublaba el sol.

Cuando el piso duro terminó la expedición se encontró frente a los primeras montañas de envergadura. Acamparon y se pusieron a estudiar la situación.

Tras más de dos semanas de marcha llevaban cuatro mil kilómetros. Si no encontraban dificultades por encima de lo normal calculaban llegar a la Costa de los Papiros en unos dos meses como máximo.

Al día siguiente se internaron en las montañas y pronto vieron que atravesarlas sería dificilísimo. Dieron vueltas buscando un paso, mandaron avanzadillas, avanzaron, retrocedieron, todo en vano, los todo terreno no volaban.

Estuvieron perdidos en las montañas de papel diez días, hasta encontrar un acceso a la meseta central. Se internaron en ella tras recuperarse de la accidentada travesía. Presentaba un relieve que a medida que avanzaban se hacía más y más irregular, con grietas constantes, depresiones y erosiones que los obligaban a circular muy lentamente.

Poco a poco esto cambió y la zona que vino a continuación era de papel podrido que se convertía en polvo a su paso. Las ruedas comenzaron a hundirse, varios autos volcaron, el viento levantaba remolinos que enterraban a la caravana. Jornadas y jornadas de penosa marcha hacía lo que consideraban el centro del desierto.

Pero cada vez era más difícil el camino. El suelo cedía bajo sus pies. Continuaban penosamente durante tres semanas. Llegado un momento el suelo fue haciéndose más duro y aumentaron la velocidad, de tal manera que al cabo seis semanas divisaron las estribaciones centrales del Desierto de Papel.

Los esquemáticos mapas radares localizaban en algún punto inconcreto de aquel lugar, un cráter o agujero del que salían ingentes cantidades de materia. Encontrar la génesis del Desierto de Papel era una de las grandes metas de la expedición POM.

Comenzaron a ascender las colinas centrales eludiendo barrancos y plazoletas sin salida. Tras siete días de marcha lenta empezaron a encontrarse restos de materia reciente. Y según avanzaban se hacía evidente que se acercaban al epicentro del desierto.

Tras otros siete días de camino intrincado encontraron las primeras marcas concéntricas, siguieron y un mediodía llegaron a la última explanada. Subidos a los montículos que lo circundaban divisaron el enorme cráter. A medida que sus ojos bajaban hacía el agujero podían comprobar el movimiento de la materia. Y se mareaban.

Un vértigo terrible se apoderó de ellos, inmunes hasta la fecha a cualquier eventualidad psíquica, solo pendientes de la marcha de la expedición.

Se movieron como poseídos por un espíritu elemental y terrible. La influencia del magma primitivo les traspasó el alma y los enloqueció. Y comenzaron a leer. Abandonaron toda disciplina y se precipitaron sobre los papeles que pululaban bajo sus pies. Y leyeron, leyeron, olvidados de todo, leyeron, leyeron...

En aquel inhóspito paraje terminó la expedición POM por el Desierto de Papel. Sus miembros, desquiciados por los espíritus generados por el cráter se desperdigaron en todas direcciones, sucumbiendo de horribles maneras.

Ninguno llegó a la costa de los papiros



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EL DESIERTO DE PAPEL II

Perdido en el Desierto de Papel, uno de los locos de la expedición POM (Proyectum Omnium Majectic) anduvo kilómetros y kilómetros de folios en blanco, cañones de garabatos, mareo entre líneas... Desorientado entre letras podridas se subió a un pico de periódicos y divisó el desolador panorama. Se habían equivocado. El Desierto de Papel no se puede cruzar... Solo, perdido, sin víveres, sin agua, demente, acabó arrastrándose. Se detenía de cuando en cuando, arrancaba un trozo de papel escrito y leía:

- Enfermedades o trastornos clínicos no clasificables en los subgrupos anteriores que pueden ser atribuidos a la infección por VIH o pueden ser indicativos de un defecto de la inmunidad celular... Ja ja ja ja ja ja ja ja ja...



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EL DESIERTO DE PAPEL III

Sir Mec, uno de los desesperados de la expedición POM (Proyectun Omnium Mayectic) fue a dar, tras el shok del cráter, a una zona de revistas de actualidad. Harto de todo y desquiciado por las ondas de su génesis que emanaban en efluvios del agujero, le prendió fuego al todo terreno y se sentó a leer. Las llamas se extendieron rápidamente por el lugar, provocando un incendio de enormes proporciones.

Al atardecer cambió el viento y la dirección del fuego. Sir Mec seguía leyendo como un zombi. Cuando advirtió el peligro que corría era demasiado tarde. Intentó huir pero las revistas ardían con facilidad. El fuego le alcanzó y lo consumió como a un papel más.



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TORMENTA DE FOLIOS EN EL DESIERTO DE PAPEL

Los camiones de la expedición POM (Proyectum Omnium Majectic) fueron sorprendidos por una tormenta de folios en blanco: miles, millones, tapaban el sol. Tuvieron que detenerse. Daban ganas de cogerlos y emborronarlos de cualquier manera.



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LA COSTA DE LOS PAPÍROS

Una nave Mix-6 se posó blandamente en el mar, frente a la Costa de los Papiros tres meses y medio después de la salida de la expedición POM (Proyectum Omnium Majectic).

Desembarcaron un comando que inspeccionó los alrededores e instaló un campamento.

La Costa de los Papiros no era fácil: Millones de legajos se amontonaban sobre la orilla formando promontorios. Los escasos lugares accesibles desde el mar estaban llenos de materia vegetal podrida.

Los militares de la Mix-6 esperaron infructuosamente durante tres meses a la expedición POM. Aburridos y hastiados de aquel horrible lugar decidieron mandar sondas de radar al interior del Desierto de Papel. Pero fue en vano, el viento, las tormentas, los incendios esporádicos y el humo impidieron la recolección de datos.

A los tres meses encontraron entre los papiros trozos de periódicos. En uno de ellos se leían noticias sobre la expedición POM ya en marcha.

Cuando se cumplían los siete meses desde su inicio, la nave Mix-6 se retiró de la Costa de los Papiros.

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