martes, 24 de julio de 2012
UNIVERSOS PARALELOS FISTULIZADOS
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UNIVERSOS PARALELOS FISTULIZADOS
Asdro se despertó una mañana lleno de inquietud. Poseído por una nostalgia indefinida se dirigió a la playa, llegó hasta la orilla del mar y vio como remozado en las olas, un hombre igual a él era depositado en la arena.
Se acercó, parecía estar bien, quizás algo mareado. Le ayudó a incorporarse contemplándolo.
- ¡Ah, eres tú! - dijo el otro sin mirarlo.
-¿Qué?
- Sí, he venido para quedarme en tu lugar. Soy Tebo, de las transdimensiones. He pasado a este mundo tras un viaje superastral.
- No entiendo nada de lo que dices.
- Sí, hay un paso transdimensional justo aquí. Yo he venido por él para hacerme cargo de tu vida.
- Yo ya no creo en el ángel de la guarda.
- Yo no soy tu ángel, soy tu demonio. Te voy a hacer desaparecer, voy a asimilarte.
- ¿Crees que soy asimilable?
- Lo eres.
- ¿Fácil o difícil?
- ¡Fácil!
- Me gustas, si, aunque no eres del todo lo que yo desearía ser, me gusta que haya más de mí.
- ¡Se acabó! La poesía forma parte de lo que desaparecerá.
- ¡Mira qué duro!
- ¡Partículas de antimateria, caldera de las nadas! ¡Ignición! ¡Fuerzas de las transdimensiones: acudid a mí! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGGGG...!
El náufrago se incendió hasta la incandescencia y abrazó a un paralizado Asdro fundiéndose con él: una nube de vapor explosivo, temblores de colores, formas al rojo vivo...
Al apagarse, Asdro ya no tenía la mirada de Asdro.
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