miércoles, 18 de julio de 2012

CUENTO DEL PARO


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CUENTO DEL PARO

Tras varios meses reclamando las guardias atrasadas en la oficina de contratación, me llamó la secretaria del director de área y me dio una cita para dentro de veinte días.

    Intrigante. ¿Qué querrá? Enseguida especulo con que puede darme un contrato largo. ¡Horror!

    El día de la cita me saca de la cama un telefonazo, a las nueve de la mañana: Desde la subdirección  me ofrecen un contrato de seis meses, modalidad antigua.

    - Ya sé que no te gusta, pero así y todo te aviso.

    Le digo que no, radical.

    Acabada la conversación me acuesto de nuevo.

    Me levanto a las once y media, me ducho y aseo y voy relajado a hablar con el director de área con el que estoy citado a la una.

    Me hace esperar media hora.

    Por fin se abre una puerta y aparece un tipo que se dirige a mí, me llama por mi nombre y me invita a pasar a su despacho disculpándose por el retraso. Estoy conociendo a un personaje mítico del que tenía noticias desde hacia años, referencias lejanas y nebulosas y gran poder. Es de la generación de los sesenta, barba grisácea, aún joven, elegante, amable, sencillo. Me habla con libertad y me pide que haga lo mismo.

    Encima de la mesa tiene el contrato que me ofrecieron por la mañana, nueva modalidad, por seis meses y claras posibilidades de transformarse en indefinido.

    No lo puedo resistir.

    Salgo de la oficina confuso. Puede haber acabado un ciclo de mi vida.

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