lunes, 25 de junio de 2012
TIRANDO LITERATURA A LA CALLE
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TIRANDO LITERATURA A LA CALLE
Seismus era un escritor que se volvió loco. Pasaba al ordenador sus obras, las imprimía y las tiraba a la calle por el balcón.
Escribía un poema, lo pasaba a papel, salía al balcón, lo declamaba en voz alta y lo arrojaba fuera. Si se arremolinaba gente debajo hacía muchas copias y se las tiraba a los curiosos.
A veces llegaba la policía para dispersar a los congregados. Entonces el loco aumentaba sus arengas y hacía más proselitismo de su obra: contaba cuentos, resumía argumentos, actuaba y hacía caer sobre los reunidos una lluvia de papeles.
Inasequible al desaliento tiraba folios y folios. Y cuando fue apercibido y más tarde denunciado, lo hacía clandestinamente.
Se convirtió en un maestro de la oportunidad: de noche, a horas intempestivas, de día, disimulando; aprovechando las ráfagas de aire, las rachas del viento, las tempestades y las calmas, las brisas y el flujo continuo...
Con frecuencia, la calle aparecía sembrada de papeles soltados sibilínamente. Los vecinos fruncían el ceño y murmuraban:
-¡Ya está el loco!
Y efectivamente, el loco no paraba de darle al ordenador.
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