viernes, 22 de junio de 2012

NUEVA ERA





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NUEVA ERA

La Bola del Brujo era un planeta convulso:

tempestades azules cruzan su atmósfera,

vientos de las emociones,

giros espectrales sobre el alma .

Un mundo entero te ausculta.

Brillos de vacío inexplicable te delimitan,

remolinos dorados, arenas olvidadas te contienen.

Destino basura, cataclismo anímico.

Huracanes furiosos de aire envenenado,

vetas pálidas incandescentes, líquidos abominables,

estratos de rayos y emociones perdidas.

Una nube de cometas se precipita al interior,

impacto esencial, manchas del Apocalipsis.

¿Quién consulta el oráculo?



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MILAGRO

Le manaba agua del costado. Casi como una fuente, pero gota a gota, rápido, para llenar un vaso en diez o quince minutos.

Había ocurrido de repente: un buen día, un lunar que tenia entre la axila izquierda y la tetilla comenzó a crecer y enseguida empezó a rezumar un líquido incoloro: agua cristalina.

La ciencia no se lo explicaba, no podían hacer nada por él. Era un cáncer, eso seguro, las biopsias lo habían confirmado, eran células degeneradas. Le daban pocos meses de vida.

Mientras tanto, la fuente no dejaba de manar. Debía beber en abundancia si no quería deshidratarse.

Visitó brujos y curanderos que probaron su agua y lo trataron con reverencial atención. Uno se echó a sus pies y lo llamó maestro; llenó una jarra de su agua y se la dio a beber a los enfermos que sanaron al instante de sus males.

Su fama creció pronto. Desahuciados y agonizantes querían tomar el fruto de su costado y los que lo conseguían se curaban. Su agua milagrosa era solicitada por los hospitales, por las más altas personalidades, por políticos, por estrellas de la música y del cine. Parecía tener también poderes contra el tiempo.

Ya no sabía qué hacer con su vida. Beber y manar era lo único que le estaba permitido. Era prisionero de su milagro. Su fuente era la fuente del paraíso, nadie quería irse de su lado. Ya no podía andar libremente, nadie le trataba como a un ser humano sino como a una especie de monstruo. Lo desnudaban de cintura para arriba y le apretaban para que el manantial goteara más deprisa. Apenas le dejaban descansar ya que no querían perderse ni una sola gota del preciado líquido...

Harto de semejante situación decidió escaparse, zafarse de sus cuidadores, de los enfermos y los moribundos. Se disfrazó de desesperado y escapó...

Huyendo llegó a la ciudad de Modelo, la libre. Pero allí, a diferente gravedad y ambiente, el cáncer acuoso, más o menos estable en la Tierra, se desarrolló, creció y comenzó a manar más y más. Debía beber permanentemente. Hasta que un día se distrajo y en pocas horas la materia se le fue por el costado, convirtiéndose casi todo él en agua cristalina. No lo encontraron en la habitación, sólo un gran charco quedaba de él. La dirección del hotel mandó recogerlo sin dar mucho crédito a la historia.


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CESE

El ordenador dijo, mostrando mi imagen:

- Mete tu trabajo por Entrada de Datos.

Le hice caso. Durante el análisis, suaves vibraciones, como mapas sensitivos, aparecieron sobre mi retrato robot.

Enseguida habló mostrando el resultado:

- Bajo, muy bajo, tu productividad resulta decepcionante, has fracasado en la Mundial S.A.

Yo miré, humildemente, a la cámara.

- Tengo problemas, mi mujer me ha dejado, no me concentro. - Repuse juntando mis pocas fuerzas.

- Es una vieja excusa para confundir. Pero no estoy programado para juegos sentimentales ni psicológicos. - Me respondió con el mismo tono cibernético. Y concluyó:

- Quedas despedido. Le pasaremos tus datos a la computadora del paro nacional.

Mi retrato desapareció de la pantalla. Me retiré humillado.

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