martes, 26 de junio de 2012

LA REVOLUCIÓN DE LA TELEVISIÓN




61

LA REVOLUCIÓN DE LA TELEVISIÓN

Apagué los dos televisores de casa.

Y luego apagué los del edificio entero.

Enseguida, al instante, conseguí apagar todos los televisores del barrio.

Me costó muy poco hacer lo mismo con el resto de la ciudad.

Había conseguido apagar tres ó cuatro millones de televisores.

Era extraordinario, ¿a donde regresaría el mundo?

Podía averiguarlo.

Continué con la tarea y apagué otros cinco millones de televisores en poco rato.

Y no me sentía cansado. Nada.

Eché un trago. Aquello era importante. Y había comenzado así como así. Como una tontería.

Y todo el área urbana estaba a dos velas y seguro que muchos, cabreados.

Me senté. Estaba haciendo historia. Debía disfrutarlo.

Apagué otros diez millones de televisores sin querer, jo, toda la zona centro de España con las pantallas a oscuras.

¡Cris!, ¡cras!: ¡Apagón general en la península Ibérica!

Aquello era demasiado. ¿Y si comía algo?

¿Serán los marcianos?. - Dirían.- No, los americanos.- La ONU, tíos, por borregos.- Dirían.

Y yo descojonándome.

- La mafia de las drogas.

- Es Bill Gates para pedir rescate.

- Nada de eso, ha sido Dios, para que volvamos a Él

- Cachín Dios, esto es un nuevo diluvio.

- La catarsis de la civilización.

-¡Pero si eso ha sido la televisión!

-¡Pues otra catarsis, copón!

-¡Apagar la televisión!

Entonces iba y apagaba todos los televisores de Europa, sin contemplaciones. ¿No produce Europa

muchos locos, políticos, sociales , militares y religiosos? Pues yo también tengo derecho: ¡Todas las televisiones de Europa apagadas!

Y ahora me tomo un respiro momentáneo para que podáis imaginarlo.

Bien, listo para el asalto final. ¡Queda el país de la televisión! Cuando consiga acabar con ellos, el resto será pan comido. Concentración. ¡Atención! ¡Atención! Tambores de peliculón:

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAA...!

Pero estaban alerta. Me habían detectado.

-¡A nosotros nadie nos apaga la televisión! –dijeron los americanos.

-¡Ya lo veremos!

E inicié una lucha encarnizada contra la tecnología que usaban para contrarrestar mis poderes.

Pero conseguí vencerles y apagarles la televisión.

Luego acabé con el resto del mundo, todas los televisores del planeta, apagadas.

Me había costado un poco de esfuerzo, sí, pero lo hice sin salir de casa. Es seguro que tengo superpoderes...

¿Y ahora? ¿La civilización? ¿El futuro? ¿El hombre?

¡Ah! ¿Hablábamos de eso? No, nada, imposible, es inimaginable un mundo sin televisión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario