martes, 26 de junio de 2012
UNA CRUZ PARA DOS
59
UNA CRUZ PARA DOS
En la antigua Vettonia, las legiones romanas capturaron a dos guerrilleros ibéricos. No se molestaron en hacer más que una cruz.
- Podréis charlar un poco. - Les dijeron.
-¡Oh guerrilleros!
Y apoyaron la cruz en el suelo sobre un brazo y los ataron a ambos, uno por cada parte. Metieron el tronco en el agujero y los alzaron.
Los legionarios se quedaron a la expectativa.
Pronto comenzaron a oír los jadeos y movimientos de los cuerpos. Los crucificados se cansaban más y más, resoplaban, se desvanecían en el aire, gloriosos y miserables, pavesas de la oleada humana.
Y uno le dijo al otro.
- Hermano, el sol me ciega.
- No importa, ¡no cierres los ojos, no cierres los ojos, no cierres los ojos!
Y se quedó con los ojos abiertos, violentamente, llorando, abrasados por el sol...
Los legionarios se acercaron a verlo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
bueno bueno
ResponderEliminar