martes, 26 de junio de 2012

AVENTURAS DE VERANO




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AVENTURAS DE VERANO

Se puso de moda aquel verano, entre los pandilleros, "el polvo del puerto chico". Consistía en hacer el amor mientras se conducía, desde el pueblo de Torremanga hasta la playa, por la carretera de la ermita.

Como la carretera estaba llena de baches, era un recorrido fantástico para semejante menester.

Se decía que "el polvo del puerto chico" había sido inventado por Filin y su banda, los gamberros más temidos y respetados de la colonia.

También se decía que mucha gente lo practicaba y se bromeaba con que a ciertas horas de la madrugada se producían atascos de "polveros" en el semáforo de la Orca, justo antes del camino de la playa.

Un día de julio, Filin retó a Rafa Perez a una carrera, si conseguía chica, claro.

Rafa Perez era un estudiante que llevaba viniendo a la playa de la Orca desde niño. No pertenecía a una pandilla definida y nunca había destacado, hasta aquel año, que parecía desatado.

Para la cita de la noche buscó una chica asequible, ya que su sueño, Pilar Rodriguez, no le hacia ni caso.

La chica, llamada Gloria, estaba loca por él. Ya habían hecho el amor varias veces. Así pues, se la llevó de marcha a Torremanga y tras varias horas de bares y discotecas, se la cameló en el coche, la puso caliente y antes de consumar nada, le propuso "el polvo del Puerto Chico".

Gloria no parecía muy convencida, pero él se la llevó por el pueblo, localizó a la banda de Filin, hizo la señal convenida y se dirigió al punto de partida, en la salida del pueblo, al comienzo del Puerto Chico, las seis cruces de piedra.

Allí volvieron a la faena. Gloria tenia unas tetas espectaculares y un gran deseo. Fue desnudándola, besándola, acariciándola... Cuando estuvieron a punto se la sentó encima de cara al volante y se dispuso para la carrera. La penetró y conectó el encendido, arrancó y encendió las luces, primera, el coche se puso en marcha, la chica agarraba el volante, segunda, el auto botaba en los mil baches de la carretera. Ellos solo se debían preocupar de mantenerse en la calzada y esquivar los agujeros más grandes.

Había tramos de saltos suaves y de repente cogían varios más altos que los excitaban sobremanera. Rafa metió la tercera en un momento dado y se puso a cuarenta, pero unos socavones desmesurados proyectaron a Gloria contra el techo saliéndosele el miembro de dentro. Tuvo que frenar, primera y vuelta a empezar.

Baches suaves, arriba, abajo, las tetas se bamboleaban juguetonas. La chica se aferraba al volante y cerraba los ojos. Pasaban los castaños y pinares, los olivos, el monte enmarañado, bajo la noche estrellada y azul del verano...Se metían en tramos lisos y gloria recuperaba el control de sus caderas y se hundía en él, excitadisima.

Antes de la ermita volvieron los brincos y cabriolas. Aquello era soberbio, como siguieran así no llegarían a la playa, se correrían antes.

De pronto, otro auto les adelantó nada más pasada la ermita. Y Rafa pudo ver a Filin y a la mismísima Pilar Rodriguez botándole encima con las tetas al aire y una increíble cara de éxtasis. Fue visto y no visto...

Redujo la marcha. Gloria preguntó que qué pasaba, pero siguieron enseguida, él irritado por los celos.

Llanearon el medio puerto cada vez más excitados, controlándose, primera, segunda, primera, segunda.

Algún coche que venia de frente les pitaba, tales eran las tetas de Gloria.

Bajaron las cuestas del Torremanga hasta las rampas del cementerio, pasaron adelante y en un minuto estaban en el semáforo que Rafa buscó pasar en verde. Luego enfiló el camino de la playa y se metió en la arena con rapidez. Gloria había sido una buena copiloto.

Ahora se pusieron a saltar por la playa hasta que la chica le pidió que parara. Lo hizo. Ella se relajó y se concentró en él hasta disfrutarlo. En el vaho del placer, Rafa vio el coche de Filin que no paraba de saltar sobre la arena y allí brincaba Pilar...

Cuando acabaron se aproximó al otro coche que ya se había detenido. Salió. Filin también.

- Has perdido. - le dijo.

- Sí. - asintió Rafa.

Las chicas seguían en los coches vistiéndose.

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