lunes, 25 de junio de 2012
MANGUÉ UNAS GAFAS
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MANGUÉ UNAS GAFAS
- Tú, que siempre estás con cuentos, te voy a contar como mangué unas gafas:
Estaba yo en la piscina y fui al vestuario. Entonces oí una conversación sobre unas gafas. Un tipo las entregaba en el control diciendo que las había encontrado y que posiblemente alguien preguntaría por ellas.
Yo estaba entre las taquillas y las vi. Al volver al exterior me fijé, las habían dejado encima del mostrador: alargadas, color miel, patillas plateadas.
Me bañe otra vez, tomé el sol y casi me olvidé del asunto, total, podía aparecer su dueño.
Cuando se acercaba la hora del cierre me puse en movimiento. Volví a los vestuarios, ducha, macuto, listo. Me acerqué al mostrador y le dije a una chica que atendía en ese momento:
-¿No habrán dejado por aquí unas gafas como de miel oscura, de cristales alargados y patillas plateadas?
- Sí, mira, aquí están.
Y me las dio. Son estas. ¿Bonitas, eh?
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