TRES SEMANAS DE VAGABUNDO HOLGAZÁN

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TRES SEMANAS DE VAGABUNDO HOLGAZÁN

Tras un contrato de un mes, del que salí escamado, decidí tomarme unos días de descanso. Así que antes de acabar el trabajo me puse a planear concienzudamente los golosos días de ocio, decidiéndome por la figura mítica del Gran Vagabundo Holgazán.

No era un reto a mi experiencia, por supuesto, pero exigía una disciplina: tenía que estudiar como no hacer nada durante un tiempo que estimé en tres semanas.

Durante este periodo no aceptaría ofertas, ni reuniones, ni inspiración forzosa, ni actividades artísticas, ni nada de nada.

Ni leer siquiera. Holgazán absoluto. Y vagabundeos pálidos: calles, bares, coche, somnolencia, estímulos disipadores, charlatanería, ficciones emociones y onanismo físico y mental. Parasitismo, ocio obsoleto, telefonazos, contactos dependientes, sorpresas gratuitas, bobadas, draculadas y otras majaderías.

En fin, cantidad de cosas.