lunes, 9 de julio de 2012

EL GENIO DE LA LATA





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EL GENIO DE LA LATA

Rufo le dio una patada a una lata que encontró por la calle y se sorprendió al comprobar que estaba llena y era bastante pesada. La cogió y se puso a verla. Muy rara, indescifrable, ¡qué dibujos!, que especie de escritura. Por abajo normal y por arriba, la anilla. Fácil y aerodinámica. ¿Qué sería aquello? Podía averiguarlo. Colocó en posición el enganche y clac...

Abrió la lata y salieron primero unas burbujas, espuma después, continuó una niebla azul y blanca, globos de vapor en expansión y finalmente humo, humo, humo...

Rufo tiró la lata asfixiado.

- Un bote de humo.

Y miró como se formaba, muy deprisa, con anillos y tubos de gas de colores, fantasmal, una figura caótica.

- ¿Qué tontería es esta?

- Soy un Genio del CAD.

- ¿El CAD?

- Código Avanzado Democrático.

- ¿Y sales de una lata?

- Salgo de donde me da la gana.

- Porque yo la he abierto.

- ¿Y?

- Si eres un genio, deberías concederme tres deseos, como dicen los cuentos.

- Sí, pero ahora el cuento ha cambiado, nos hemos politizado y somos capitalistas.

- Mejor, ¿no?, así les resultará más fácil conceder los tres deseos.

- No.

- ¿No?

- No, ahora soy yo el que recibe los tres deseos.

- ¿Cómo?

- Lo que has oído, las leyes han cambiado. ¡Mis tres deseos!

- Tus tres leches.

- ¡Me pegaré a ti y te envolveré!

- Déjame.

- ¡Me meteré por tu nariz y te asfixiaré!

- ¡No me des la lata!

Y le dio una patada al envase, ahora vacío.

Pero el genio le acosaba. Intentó escapar, le persiguió y alcanzó, se le metió por la nariz haciéndole toser. Se detuvo y cayó al suelo falto de aire. El genio salió de su cuerpo y le miró, desafiante, expulsar los últimos restos de humo.

- ¿Y ahora?

- No tengo nada que pueda darte.

- Por supuesto que lo tienes.

- Además, ¿no eres un genio? Tienes de todo.

- No necesito ninguna cosa material, como te puedes imaginar.

- Ya, entonces, ¿cuáles son tus tres deseos?

... ... ...

Aquí se detiene el cuento.

¿No hablábamos de dejar participar a los amigos en Amanitas? Esta es la ocasión.

Así pues lo presenté en sociedad. Las chicas dieron enseguida con la solución: el genio puede obtener por sí mismo las riquezas del mundo, por tanto, sus deseos deben ser de orden abstracto y dentro de ellos, el amor, tiene que ser uno de los más destacados. Ya tenemos un deseo.

Fácil es deducir que la amistad sería el siguiente ya que la soledad del genio es bien visible.

La solidaridad podría ser el tercer deseo con lo cual tendríamos configurado el cuento. Simplemente habría que desarrollar tres argumentos con cada una de las calidades que el genio necesita, amor, amistad y solidaridad.

Pero tras aceptar inicialmente el resultado me di cuenta de que la cosa no era tan sencilla. Ninguno de los tres deseos se puede dar como un billete de banco o un regalo de navidad. Por otra parte, el genio ha dicho que se ha convertido en capitalista, por lo tanto, aunque los deseos no sean materiales, busca beneficios.

Si le das amor a uno que busca aprovecharse, puedes no salir muy bien parado. Igual pasa con la amistad. Y de la solidaridad, ni te cuento.

Pero igual que el relato verdadero desnuda los apetitos humanos, el cuento del revés debe caer en los tópicos que asignamos a seres tan discutibles como el genio de la lámpara, botella o lata.

Por lo tanto y volviendo al principio del final, el primer deseo del genio debe ser el amor. ¿De qué tipo?

¿Y el genio es macho o hembra?

Rufo puede estar en un aprieto.

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