miércoles, 11 de julio de 2012

EL ANGEL DEL ATASCO




117

CUENTO DE MOVIMIENTO

Telefonazo. Había que moverse: gafas de sol, llaves. Rápido al coche, una velocidad tras otra, calles abarrotadas, luces de semáforo, posicionamiento, tuerce, tuerce, giro, aparcamiento, no, no, no, otra vuelta, autobús, descarga, atasco, hombres trabajando, no, no, no. Otra travesía, no, más obras, cedo el paso, niños saliendo del colegio, doble fila, todos los huecos aprovechados al máximo, ¿donde dejo este cacharro, tíos? Vuelvo a la calle destino, atiborrada, cruzo la vía rápida desesperado, otra vuelta a la manzana, no, no, no, ¡es que lo dejo en cualquier parte! Pero no hay ni cualquier parte. Completo la gran vuelta de costumbre esperando que alguno se haya ido y caerle en el momento. Pero eso es solo para los que rezan. Claro, no se me va a aparecer a mí la Virgen.

Sufro por todos los diablos. Voy cabreado a tope, le pito a mi padre, me como a un peatón que me estorbe ¿Es que no podré desembarazarme de este cacharro? ¡Aparco o mato! Estoy frenético, soy un psicópata, un paranoico, un peligro público. ¿Dónde lo dejo? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde?...

...¡Ah, coño, ahí!

118

EL ANGEL DEL ATASCO

Estaba absolutamente atascado en Delicias cuando apareció un Ángel montado en una moto, con las alas semidesplegadas. Se detuvo a mi lado y me dijo por la ventanilla:

- Llevas abierta la puerta.

- Aaaa, gracias.

Cerré, lo miré y le dije:

-¿Porqué vas así?

- Porque soy un ángel - dijo orgulloso.

- Ya, ya.

- No te lo crees, ¿verdad? - me miró intensamente, de una manera especial. - Cuando se abra el semáforo pasarás la calle y darás la vuelta con facilidad...

- Bueno, eso no prueba nada.

- Ah, ¿no te es suficiente?

- No.

-¡Pues me largo!

Y se fue. Yo di la vuelta fácilmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario