miércoles, 11 de julio de 2012
DINERO SUCIO
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DINERO SUCIO
De niño, una vez, mi madre me pidió que le ayudara a contar dinero. Alguien había saldado una deuda en la tienda con paquetes de monedas. Las puso encima de la mesa, delante de mí y comenzamos.
Las monedas estaban envueltas en papel de periódico muy viejo y húmedo. Algunos paquetes presentaban un alto grado de oxidación. Yo le indiqué el estado de deterioro de algunas partidas, pero ella no le dio importancia:
- Esta misma - me dijo - ha traído varios billetes mohosos, descoloridos. Olían igual que este papel y si no tenías cuidado con ellos se rompían.
- ¿Donde guarda el dinero?
- No era suyo, era de una herencia, de gente muy anticuada. No hay problema, el banco lo recoge...
Las monedas echaban un polvillo blanco azulado que se me pegó a los dedos y que olía a años de encierro.
Cuando acabé fui corriendo a lavarme.
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