martes, 17 de julio de 2012

ARTISTA AISLADO MISERABILIZADO




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ARTISTA AISLADO MISERABILIZADO

El artista se retiró a un apartado lugar de la geografía, lejos de la civilización, incomunicado, en busca de la autodegradación creativa.

Se cortó el pelo al cero a trasquilones, se dejó crecer la barba, manchó sus ropas, sus manos y su cara, convirtió la casa en la que vivía en poco menos que la vivienda de un yonqui. Alteró su ritmo de vida, había traído escasos alimentos con el objeto de pasar necesidad y verse obligado a buscar comida en la naturaleza que le rodeaba.

Hizo todas estas cosas y alguna más. Y cuando consideró que estaba lo suficientemente miserabilizado se puso a beber hasta emborracharse. Estuvo en estado de embriaguez horas y horas, todo lo que pudo aguantar hasta caer rendido, inconsciente, dormido...Pasó por estados lamentables, por fases absurdas, se dio lástima a sí mismo; una vez creyó ver en el espejo del baño a un vagabundo repulsivo.

Varios días después y con una resaca descomunal se metió en el estudio y se puso a trabajar. O más bien siguió contemplándose y construyendo el espíritu que deseaba, así y todo ya le salieron algunas ideas.

El objeto de todo aquello era la grabación de un disco para el cual necesitaría unas quince canciones. Al mismo tiempo pintaba cuadros pequeños referentes al tema, escribía relatos y llevaba un psicodiario, buscaba maderas naturales escultóricas, hacia guiones para videos y comic y quién sabe qué más.

Sin orden ni concierto, sin horario, sin ritmo circadiano, sin disciplina, se lanzó a la tarea. Cualquier momento era bueno para ponerse manos a la obra.

En los siguientes días comenzó a tomar cuerpo su trabajo central.

Tuvo suerte con la climatología y, además del calor, se sucedieron algunas tormentas espectaculares. Paseó desnudo bajo la lluvia mientras el cielo se rajaba con relámpagos y los truenos aturdían el espacio haciendo temblar todo. En alguno de aquellos momentos compuso Rayos de Pasión. Ya había creado Melodía Melón y Manantial.

En la semana siguiente llevó al extremo los planteamientos de aquella situación. Siguió desafiando al viento y a las tormentas, pasó un hambre increíble, acabó con el alcohol, se sometió a los más duros sacrificios y reprimió absolutamente el sexo. Necesitaba de toda su energía para crear. Compuso otro grupo de canciones: Malestar en la cultura, El precipicio del amor, Levantemos otro muro y Seducción de ratón.

Así mismo escribió varios relatos fantásticos y páginas y páginas en su psicodiario. Y dos guiones cortos llenos de acantilados e invitaciones al abismo.

Sus pinturas eran cálidas, llenas de colores y trazos suaves, totalmente abstracto. En esto el artista era enemigo de la dureza. No es que en las otras manifestaciones fuera muy duro, pero se permitía algunos alardes de fuerza.

En un mes, anonadado de cuerpo y de mente y habiendo hecho otras seis canciones, dio por terminado el experimento. Abandonó el lugar y volvió a la civilización donde le esperaba su compañía de discos, ávida y dispuesta a conseguir otro éxito de ventas millonario.

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